lunes, 13 de febrero de 2012

UNA PEQUEÑA PANORAMICA DEL FACEWORLD.CAPÍTULO 19 DE MI LIBRO.

                                                    

http://youtu.be/vK3igAMl4qA
                                                                19

10 de la mañana, el sol me despierta. Pienso en levantarme pero rápidamente me doy cuenta de que no tengo ningún plan  que me motive lo más mínimo. Pienso en Sandra. No tengo fuerzas para levantarme. Decido quedarme en la cama. A las 11 estoy cansada de cama. Me levanto. A estas horas no habrá nadie por casa así que bajo a desayunar. Desayuno. Vuelvo a mi habitación. Enciendo el ordenador. Facebook. Tras una hora delante de la pantalla cotilleando  vidas ajenas, me aburro. Vuelvo a bajar a desayunar. Vuelvo a mi habitación. Pienso en Sandra y me dan ganas de llorar. Me siento fatal. Vuelvo a la pantalla. Inevitablemente vuelvo al facebook. Como siempre están los face-adictos: que están en absolutamente todos los comentarios. Incluso en los de tus amigos los bolcheviques (no lo entiendo, algún día alguien me lo explicará); después están los face-emocionales: cada día una frase mística-budista-psicoñoña diferente; a continuación los face-diario: cuentan paso a paso su día :“ me voy a la playa”, “en la playa”, “en casa comiendo”, “echándome una siesta”,  “viendo una película súper emocionante”, “en el baño cagando”; también están los face-modelofrustrados: 155000 fotos en diferentes poses y posturas. Pero eso sí, siempre con los mismos morritos; y por último están los face-discretos: quienes no ponen ni un miserable “me gusta”. Son los que cuando los etiquetan en una foto se ofenden -no me gusta que la gente sepa lo que hago con mi vida- Pues hijo mío, ¡no te abras un facebook!
 Yo los tengo clasificados en dos grupo genéricos: Están los de “mira que vida tan emocionante tengo” y los de”mira que vida más aburrida tengo”. Dependiendo de mi estado emocional cotilleo unos u otros. Si tengo un mal día me consuelo viendo a los “mira que vida tan aburrida tengo”. No sé por qué pero me anima. Los “mira que vida tan emocionante tengo”, a no ser que me caigan realmente bien, en estos días ñoños ni se me ocurre mirarlos. Estoy “depre” y todo lo dramatizo. El ver gente en fiestas estupendas, viajes estupendos y todo estupendo, sólo me recuerda la vida tan penosa que tengo.
Después está la gran pregunta: ¿784 amigos? Me pongo a mirar y no reconozco ni a 100. Hoy sería un buen día para hacer una face-limpieza. En fin, no tengo ganas ni de eso. A lo tonto ya son las 3. Bajo a comer. Menos mal que no suelo tener muchos días así porque mi peso corporal aumentaría unos 20 kilos. La comida me produce un consuelo momentáneo. Estas mirando la pantalla fijamente a ver si aparece algún comentario, foto, mensaje, numerito rojo nuevo  y, a la vez, estás pensando en el bote de Nutella. Es un día malo, estas deprimida y el pensar en el sándwich que te vas a comer en breve, te proporciona un estado de felicidad momentáneo (inigualable al momento en que estás untando el pan e inmejorable al momento en que por fin te lo comes). 15 segundos dura la acción de llevártelo a la boca y engullirlo. A veces más, a veces  menos… depende del nivel de ansiedad-depresión-mala ostia que lleves ese día. 20 segundos en tragártelo y otros 20 segundos para que el sentimiento de culpabilidad se instale en tu cabeza. He desayunado dos veces. El primer desayuno Made in France: es decir, muchos croissants. El segundo desayuno Made in England: mucho bacon, huevos y judías. El almuerzo Made in EEUU: muchas patatas y pollo frito y ¿la Nutella?.... Made in… ¡trastorno de alimentación!
Vuelvo a mi cuarto sintiéndome fatal por todo lo que llevo engullido en tan pocas horas. Lo peor de todo es que sé que esto no se acaba aquí. Aún me queda la merienda, la merienda de última hora y la cena. Si todo va bien y logro dormirme a una hora decente, ahí acabara el trabajo forzado para mis jugos gástricos. Si me cuesta dormir (que será lo más seguro) atacaré la nevera unas cuantas veces más. Me siento una vaca solitaria. Más ordenador. Me quedo mirando durante 20 minutos la pantalla a ver si hay algún comentario, foto, mensaje, numerito rojo nuevo. Me doy cuenta de que ni siquiera he entrado en el facebook. ¡Llevo 20 minutos mirando la pantalla del escritorio! Ahora me siento una burra solitaria. Entro en facebook. Nada nuevo. Soy patética.
Me tiro en la cama y pienso en Sandra. Me siento fatal. La Nutella invade todos mis pensamientos. Enciendo la tele y… ¡Amy Winehouse hallada muerta en su casa! Esto era justamente lo que necesitaba para reaccionar. ¡No me lo puedo creer! Necesito salir de aquí cuanto antes. Llamo  a mi padre.
Dos preguntas se instalan en mi cabeza. Primera: ¿tendrán los chicos este tipo de días? Y segunda: ¿habrá muerto Amy de una sobredosis de Nutella?

No hay comentarios:

Publicar un comentario