La ansiedad es una respuesta innata de nuestra especie que tiene como misión la supervivencia. Cada vez que nos encontramos con un peligro, el circuito de la ansiedad se dispara haciendo que reaccionemos de la forma más eficaz para sobrevivir.
Sin embargo se convierte en un problema para la persona cuando la experimenta en dos circunstancias:
1. Cuando la ansiedad aparece ante situaciones totalmente inocua, que no suponen ningún tipo de riesgo o amenaza para el individuo (o al menos la probabilidad de peligro es muy escasa) como subir ascensores o viajar en avión.
2. La segunda aparece cuando si hay algo en juego y el individuo necesita actuar de forma especial, como por ejemplo un alumno ante un examen “se queda en blanco”. La ansiedad que experimenta es desproporcionada.
Por lo tanto podemos hablar de problemas de ansiedad cuando se sienta mucha ansiedad ante situaciones en que la mayoría de las personas permanecen tranquilas, o cuando se experimenta un grado extremo de ansiedad en situaciones donde la mayoría de la gente se sentiría solo moderadamente ansiosa.
INCIDENCIA DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD.
Se calcula que entre el 20 y 25 por ciento de la población padece problemas relacionados con la ansiedad con una importancia suficiente como para requerir tratamiento. La mejora espontánea de los problemas de ansiedad es improbable. Solo se produce en muy pocos casos. En la mayoría de los casos la intensidad tiende a mantenerse o aumentar.
Tratar de mejorar a fuerza de voluntad como piensan algunas personas no es efectivo. Querer que los síntomas desaparezcan no da resultado, no es suficiente. Lo más conveniente es tratarse lo antes posible. La gran mayoría de los casos mejoran siguiendo el tratamiento adecuado.
La ansiedad normal y desproporcionada no puede ni debe eliminarse dado que se trata de un mecanismo funcional y adaptativo. Se trata de saber convivir con la ansiedad sin perder la operatividad. Algunas personas que han sufrido trastornos de ansiedad severos o incapacit
ntes están tan sensibilizadas con ella que tienen después dificultades para tolerarla y distinguirla de la patológica.
Más allá de los trastornos por ansiedad (pánico, agorafobia, fobias, obsesiones…) la ansiedad es además un componente importante en otros problemas: problemas de alimentación, problemas sexuales, problemas de relación con las personas, dificultades en el rendimiento intelectual molestias físicas de origen psicosomático…
No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni en la misma intensidad. Cada persona según su predisposición biológica o psicológica se muestra más vulnerable o susceptibles a unos u otros síntomas.
PRINCIPALES MANIFESTACIONES DE LOS PROBLEMAS DE ANSIEDAD.
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse en diferentes grupos:
1. Nivel Físico: taquicardias, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias, náuseas, vómitos, nudo en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo o inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aparecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.
2. Nivel Psicológico: inquietud, agobio, sensación de amenaza y peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización ( sensación de salir del propio cuerpo y observarlo desde fuera) , temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos temor a la muerte, la locura o el suicidio.
3. Nivel Conductual: inquietud motora, impulsividad, bloqueos, torpeza, dificultad para actuar, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas van acompañados de cambios en la expresión corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos, tensión de mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda, crispación…
4. Nivel Intelectual o cognitivo: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e inoportunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo las cosas negativas, sobrevalorar detalles desfavorables, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad…
5. Nivel Social: Dificultad para iniciar o seguir conversaciones, o todo lo contrario verborrea. Dificultad para expresar sus propias opiniones o hacer valer sus derechos, temor excesivo a los posibles conflictos, irritabilidad…
ATAQUE DE PANICO.
Un ataque de pánico es una súbita aparición de gran cantidad de ansiedad, se teme que ocurran desgracias muy dramáticas y simultáneamente el sujeto nota una serie de manifestaciones a nivel fisiológico que no hacen sino confirmar sus peores pronósticos acerca de desgracias intuidas. En estas condiciones el sujeto quiere lógicamente librarse de este malestar y su reacción es la de buscar ayuda y seguridad: ir a urgencias, médicos, tomar psicofármacos, distraerse. Volver a un sitio seguro o cualquier otra conducta que reduzca la crisis.
Tener un ataque de pánico es relativamente frecuente en la población general. Por lo tanto tener un ataque de pánico aislado no se considera como un trastorno psicológico, sin embargo si se repiten con cierta frecuencia y hay un miedo claro y persistente a tenerlos, entonces hablamos de trastornos de pánico y nos hallamos ante un problema psicológico.
Un gran porcentaje de personas que sufren este trastorno y debido al intenso miedo a sufrir una nueva crisis, evita situaciones donde pueda ser difícil o socialmente embarazoso conseguir ayuda y/ o escapar. En estos casos hablamos también de agorafobia. Estas personas evitan sistemáticamente afrontar tales situaciones y en caso de hacerlo tienden a escapar volviendo al sitio seguro. Como resultado de ello su vida queda fuertemente restringida o limitada. Alguna de las situaciones más temidas son: hacer colas, meterse en lugares concurridos, alejarse de casa, conducir y usar transportes públicos…
AGORAFOBIA
Un agorafóbico es alguien que tiene miedo a alejarse de casa, miedo a estar solo o lejos de ayuda, y miedo a los lugares públicos lleno de gente tales como la calle, tiendas, guaguas.
La mayoría de los agorafóbicos temen que perderán el control sobre sus propias reacciones y que su miedo quedará completamente fuera de control y les llevara a un ataque de pánico o a algo peor.
Debido a este temor, tienden a evitar los lugares que pudieran provocarlo y esta evitación tiende a convertirse en un hábito. A menudo se sienten mejor con alguien a quien conocen bien y, de este modo, llegan a depender de tener un acompañante cuando salen de casa. Una vez que una persona evita regularmente salir sola de casa o evita muchos lugares diferentes por esta razón, se dice que padece agorafobia.
RESUMIENDO, el mayor miedo de los que sufren este trastorno es el MIEDO A PERDER EL CONTROL EN LUGARES ATESTADOS DE GENTE.
¿QUE CAUSA LA AGORAFOBIA?
La agorafobia no está asociada a ningún trastorno mental grave como por ejemplo la esquizofrenia, ni tampoco a ninguna enfermedad física conocida.
Se origina en primer lugar cuando el cuerpo reacciona a situaciones cotidianas como si estas fueran peligrosas o espantosas.
En segundo lugar se origina por la preocupación que producen estas extrañas sensaciones.
Y en tercer lugar por el hecho de que los agorafóbicos tienden a evitar los lugares relacionados con dichas sensaciones.
Para poder comprender esto, piense en la forma en la que reacciona su cuerpo en un momento de verdadero peligro, por ejemplo un disparo que le pasa muy cerca. Su corazón comienza a latir fuertemente, su estomago se revuelve, suda y tiembla.
En la agorafobia es como si esta reacción corporal se hubiera hecho extremadamente sensible, de forma que tiende a producirse automáticamente en situaciones bastantes comunes que no son peligrosas.
No siempre es posible decir qué es lo que originó la extrema sensibilidad que conduce a la primera reacción de pánico. Algunas veces se produce después de una larga enfermedad, cuando la resistencia física es baja, a veces después de un shock emocional y, en algunos casos, se produce en una época de tensión prolongada que se debe a alguna otra razón.
Cualquiera que sea la causa, una vez que la extrema sensibilidad ha ocurrido unas pocas veces, comienza a suceder con más frecuencia en ciertos lugares.
La razón de este aprendizaje se llama condicionamiento. Pensemos en la reacción de un niño la primera vez que se encuentra con un perro, si esta primera vez es negativa y el perro le ladra y le asusta la próxima vez que vea un perro sentirá nervios e incluso miedo.
Llamamos condicionamiento al modo en que las reacciones de miedo llegan a asociarse o relacionarse con lugares o cosas. Esta asociación se aprende de forma automática, sucede tanto si queremos como si no.
La primera reacción de temor del niño al ver a un perro es normal e incluso adaptativa ya que algunos perros muerden y son peligrosos, es bueno aprender a ser cautos.
Con el tiempo el niño se irá encontrando con perros buenos y el miedo condicionado se le ira quitando. Pero si el niño evita los perros este miedo permanecerá y puede conducir a un miedo permanente a los perros, fobia a los perros.
En el caso de la agorafobia, las reacciones de pánico se asocian a determinadas situaciones e ideas, por el mismo proceso de condicionamiento. Puesto que este miedo da lugar a evitar ciertos lugares y situaciones no hay razón para que la fobia mejore.
RESUMEN
1. La agorafobia comienza normalmente con reacciones de pánico que vienen como caídas del cielo.
2. Es más probable que estas reacciones se den cuando la persona está fuera de casa o sola.
3. Estas reacciones tienden a asociarse con lugares concretos en que se produjeron.
4. Este condicionamiento conduce a evitar dichos lugares, lo cual tiende a convertirse en hábito.
¿QUE HACE QUE LA AGORAFOBIA PERSISTA?
Podría esperarse que si no se hiciera caso de las reacciones de miedo condicionado y la persona siguiera saliendo fuera de casa, dichas reacciones desaparecerían gradualmente. ¿Por qué no sucede esto con la agorafobia?
La razón principal es que la reacción natural a las sensaciones de pánico es evitar los lugares donde suceden. Esto parece tener el efecto de fortalecer el miedo condicionado. Cuanto más persiste el evitar las situaciones, más fuerte se hace el miedo.
A menudo la gente piensa que puede ayudar al agorafóbico haciéndole las cosas para que no tenga que salir de casa. Sin embargo, esto solo consigue hacer más fuerte el hábito de evitación.
Es muy frecuente encontrarse con que la gente con agorafobia depende de personas para salir de casa. Esto se debe a que una persona de confianza y tranquilizadora puede hacer que estas situaciones que provocan miedo se hagan más seguras. El problema está en que la dependencia de otras personas tiende a convertirse en un hábito al igual que sucede con el hecho de evitar lugares.
Cuando estamos atemorizados ante un peligro real nuestra mente suele estar ocupada en hacer algo para solucionarlo. En el caso de la agorafobia, como el miedo parece comenzar sin ninguna razón aparente parece que no hay nada que pueda hacerse para solucionarlo por lo que toda la atención de la persona se centra en identificar las sensaciones, lo cual hace que dichas sensaciones empeoren.
NO DUDEIS EN ACUDIR A UN PSICOLOGO CLINICO, SI PUEDE SER FORMADO EN COGNITIVO CONDUCTUAL. SON LAS DEMANDAS MAS COMUNES EN LAS CONSULTAS DE LOS PSICOLOGOS, COMO LA GRIPE EN EL MEDICO DE CABECERA. LO QUE PASA ES QUE EXSITE MUCHA IGNORANCIA SOBRE ESTE TRASTORNO, Y POR SUPUESTO QUE TIENE SOLUCION, MAS SENCILLA DE LA QUE PENSAIS, ASI QUE SI CONOCEIS A ALGUIEN CON ESTE PROBLEMA ANIMARLO A TOMAR MEDIDAS. SI SOIS DEL SUR DE TENERIFE OS RECOMIENDO CENTRO DE PSICOLOGIA DEL SUR, EN LA CAMELLA,922721751
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