Ya hemos
hablado anteriormente de la DEPENDENCIA EMOCIONAL, hoy vamos a hablar sobre los
diferentes perfiles que pude haber, todo sacado de un libro que a mí personalmente
me ayudo mucho: YA NO SUFRO POR AMOR
DE L. ETXEBARRIA.
SEGUROS, EVASIVOS Y ANSIOSOS.
Todos los
seres humanos estamos continuamente emprendiendo nuevas relaciones, amorosos o
no. Cada relación implica una nueva historia, una experiencia personal que, en
mayor o menor medida, condicionará relaciones futuras.
El primer
eslabón de la cadena de relaciones que condicionan otras relaciones lo
constituye la conexión primera, el enlace afectivo con nuestros padres y
cuidadores, que determinará de forma significativa nuestra personalidad y el
tipo de relaciones que mantendremos en un futuro.
JOHN BOWLBY,
fue la primera persona que teorizó sobre todo esto, con su famosa TEORIA
DEL APEGO (otro día desarrollaremos este tema ya que es fundamental en el
estudio del ser humano e interesantísimo).
El modelo de funcionamiento
de cada persona es distinto, no es rígido, y puede ser influido por
experiencias positivas y negativas en
las diferentes etapas de la vida. Sin embargo, determina tres tipos de posturas
básicas en el amor. Y cada individuo tiende en su comportamiento a adaptarse a
una de ellas.
EL SEGURO.
Al seguro le
resulta cómodo depender de los demás y que estos dependan de él. No le preocupa
en exceso la posibilidad de abandono. Es decir, no piensa por anticipado en el
hecho de que su pareja le pueda
abandonar si ésta no se lo comunica de alguna manera. Por lo tanto, no es celoso.
Estas personas
se sienten a gusto en las relaciones, las valoran y pueden mostrar tanto
intimidad como autonomía. No temen a la proximidad y son lo que más
probabilidades tienen de sentirse
felices y confiados en sus relaciones. No les preocupa demasiado el rechazo ni
estar solos. Buscan más poyo de sus parejas y, en contrapartida, saben
ofrecerlo cuando se les pide. Expresan abiertamente sus preocupaciones y no
suelen usar estrategias para solucionar los problemas. Ven a sus parejas de un
modo más positiva tras una pelea, de tal manera que los problemas los pueden ver
como una oportunidad de aprender y construir una confianza mutua. Piensan que
gustan a la gente y que la mayoría de la gente tiene buen corazón.
Los seguros
son personas que pueden vivir perfectamente sin establecer vínculos, aunque
tiendan a ello. Es decir, si no encuentran la persona que les gusta, pueden vivir
solos y disfrutar de la soledad de forma constructiva. Pueden así, seleccionar
mejor a su pareja. No son posesivos. Sus ideas sobre el amor son realistas y positivas.
Cuando encuentran
una razón para romper, lo hacen con facilidad. Saben vivir el luto y aprender a
rehacer su vida.
Los seguros
recuerdan a sus padres como personas accesibles, cálidas y afectuosas.
EL EVASIVO.
El evasivo se
sienten incomodo a la hora de mantener relaciones amorosas y de amistad
profunda. Le cuesta confiar en la gente y detesta la idea de depender de
alguien, sea emocional o económicamente.
Con frecuencia,
los evasivos, afirman que sus parejas
desean más intimidad de la que ellos pueden darles. Se consideran
personas que no se dan fácilmente a conocer. Para ellos es muy importante la
independencia y la autosuficiencia. En los momentos de estrés, temor, dudas… Tienden
a buscar menos apoyo en su pareja. Del mismo modo, cuanto peor se sienta su
pareja, menos apoyo le dará. Sin embargo, aunque estas personas den poco,
también piden poco y huyen de la intimidad. Todo esto, no son más que
estrategias defensivas debidas a que en el fondo esperan ser rechazados tarde o
temprano.
Aparentan una
gran capacidad para estar solos, que en realidad esconde una falsa autonomía
defensiva porque, aunque busquen soledad, no la disfrutan. La intimidad emocional,
la comunicación de sentimientos, la expresión de emociones o el contacto físico
les crea incomodidad y malestar. No soportan ver llorar a su pareja. Si encuentran
razones para romper lo hacen de forma abrupta, de la noche a la mañana. Le cuesta
mucho mirar a los ojos y hablar de sus sentimientos. El evasivo típico dice que
su pareja es una exagerada o muy sensible.
Todo esto no
quiere decir que se quede soltero, muchos se casan o viven con sus parejas,
pero nunca se entregan del todo y, en vez de esto, construyen muros emocionales
muy difícilmente salvables: se vuelcan en su trabajo, en alguna adicción (muy típico
en este perfil) o se mantienen muy reservados, distantes y fríos.
Dentro del
patrón EVASIVO se han descrito dos
categorías. Dos formas distintas de evasión, pero ambos temen la intimidad por
miedo al rechazo.
ESTILO TEMEROSO: Viven sus relaciones
con una alta ansiedad y temen que sus parejas les hagan daño. No pueden
reprimir sentimientos de ansiedad y miedo. Los temerosos suelen tener una imagen
negativa de sus padres, o de uno en concreto. El temeroso se refugia en su
propio mundo no contará demasiada
información a su pareja por miedo a que esta la utilice en su contra algún día.
ESTILO DEVALUADOR: son los que tiene más
facilidad para reprimir sentimientos y pensamientos perturbadores. Debido a que
tienen la tendencia de olvidar aspectos desagradables, estas personas
suelen idealizar a sus padres. El devaluador,
tiende a devaluar a su pareja y se pasara el día acusándola de exagerada,
entrometida, histérica…
Rasgos característicos
del EVASIVO:
1. Cólera: las reacciones del evasivo
pueden ser muy desproporcionadas, para que así su pareja aprenda a no plantearle
ninguna cuestión que a él le pueda incomodar.
2. Silencio: ante según qué preguntas o
demandas, el evasivo se hunde en el mutismo más absoluto.
3. Falsa madurez: una armadura de calma y
amabilidad que el evasivo interpone contra cualquier demanda emocional, de
forma que su pareja parezca inmadura, exagerada o exigente.
4. Distracciones: consiste en mantenerse siempre
ocupado cuando está en presencia de su pareja. Un evasivo puede tener siempre
la tele encendida o la música puesta, estar leyendo, arreglando alguna cosa…
5. Infidelidad: una relación clandestina
le puede proporcionar al evasivo la sensación de que no depende de nadie. No se
trata de una relación importante, pero tampoco de una aventura de un fin de
semana. Es decir, el evasivo infiel ve a la otra con cierta constancia, pero
teniendo claro que para él la importante es la oficial y no la amante, a la que
mantiene en el banquillo de los suplentes por si la titular se lesionara.
El evasivo
teme a la intimidad porque ha sido, o siente, que ha sido maltratado en su infancia
(la distancia emocional también es un tipo de maltrato) y lo asocia con dolor. El
evasivo, es infiel, más por una cuestión de alma que de cuerpo: teme ser
demasiado dependiente de la otra persona. De niño sufrió el abandono físico o psicológico
por parte de un ser querido o, simplemente lo amenazaban con hacerlo
continuamente. Puede ser que tuviera que aguantar el mal humor de su padre o
sufrir los continuos cambios de humor de una madre neurótica o frustrada. Puede
ser que se le relegó a un segundo plano por la llegada de otro hermano…por lo
que se le quedó grabado fuertemente que depender de alguien puede ser peligroso
y doloroso.
El evasivo
teme la cercanía física y emocional, pues la siente como una amenaza, pero a la
vez teme el abandono por lo que necesita a alguien cercano distantemente.
Los evasivos
recuerdan a sus padres como personas frías, que tendían a rechazarlas y que
nunca se mostraban disponibles.
EL ANSIOSO.
Que es lo mismo que decir el dependiente
emocional o el adicto al amor. El ansioso se pregunta a menudo si su pareja le quiere
de verdad y teme que cualquier día ésta le anuncie que ha buscado, comparado y encontrado
algo mejor. A menudo asusta a sus parejas. El ansioso desarrolla una profecía
auto incumplida: teme de tal manera el abandono que muchas veces acaba por
provocarlo al insistir de manera agobiante en la fusión del ser amado.
Suele manifestar emociones más intensas,
tanto positivas como negativas: más celos, más pasión, siendo muy proclive a
los extremos emocionales. A menudo le preocupa que sus parejas no le quieran
realmente.
Los ansiosos no se dan a conocer
y suelen tener bastantes dudas sobre sí mismos. Sienten más rabia y hostilidad
hacia sus parejas después de un conflicto
Los ansiosos recuerdan a sus padres
como personas injustas, volubles, neuróticas, madres que un día les comían a besos
y otros les gritaban por cualquier cosa, padres que no paraban en casa nunca y
cuando lo hacían les colmaban de regalos. Los ambivalentes suelen estar
confusos acerca del impacto de sus relaciones afectivas en la infancia y sus
relaciones actuales con sus padres están marcadas por la rabia o por intentos
constantes de complacerles. Suelen enfadarse cuando hablan de dichas relaciones
y sus recuerdos son contradictorios.
La mayor parte de los ansiosos,
son ambivalentes, es decir, desean mucha conexión fusional con su pareja, pero
tienden a boicotear inconscientemente esa relación que tanto ansían.
Los ansiosos se aferran a su
pareja, quieren formar parte de ella, como si temieran que se pudieran escapar
de un momento a otro, todavía tienen ese niño dentro que comprobaba si su madre
seguía allí. Es una persona que te va a querer mucho, pero que también te va a
exigir mucho. Necesitará que le demuestres su amor continuamente y verá la
relación amenazada con facilidad, por lo que puede ser muy celoso.
El ansioso tolera cualquier cosa
con tal de evitar el abandono. Por eso cuando la relación alcanza un nivel
estrecho de intimidad, la boicotea continuamente con sus ataques de celos o
demandas exageradas.
INTERESANTE EJEMPLO!!!!!!
Imagina que
tienes un novio y le anuncias que ese fin de semana tienes que irte a una
despedida de soltera en Sevilla de una amiga del colegio pero que es
exclusivamente de chicas por deseo de la novia.
La reacción de
tu pareja te ayudará a hacerte una idea de lo segura o insegura que se siente.
Una pareja
segura te ayudará a hacer la maleta y se despedirá con un beso, deseándote que
lo pases bien, te hace una bromita de que no ligues demasiado y se pondrá triste
porque te va a echar de menos.
Una pareja
evasiva no te dirá como se siente ni verbalizara sus miedos. Tú sin enterarte
de nada, creerás que no hay ningún problema y al volver te encontrarás con tu
pareja de morros: o bien te topas con un mutismo absoluto o tu amor te devalúa
constantemente.
La pareja
ansiosa ambivalente tratará por todos los medios de impedir que vayas y puede
que se enfade.las escenitas están garantizadas tanto a la ida como a la vuelta.
Todos somos
inseguros en ciertas ocasiones de nuestras vidas y tenemos derecho a ello, pero
lo importante es que nos demos cuenta de ello y sobre todo que nos demos cuenta
a tiempo para poner límites y mejorar, tanto a nosotros mismos, como a nuestras
parejas.
Para los que
no hayáis leído aun autoestima, miedo a la soledad, asertividad y dependencia
emocional, recomiendo que lo hagáis.
Me encantó tu blog y desde hoy te sigo. Soy una devoradora de libros sobre todo chick lit y también escribo en este género. Saludos desde Uruguay
ResponderEliminarMuchas gracias Maria. Me hace mucha ilusión pensar que me leen desde tan lejos. Dónde puedo leer algo tuyo?? Mi Libro lo puedes descargar gratis en www. artgerust. com
ResponderEliminar¿Puede haber algo pero? Betty Long.
UN BESO!