lunes, 17 de diciembre de 2012

COMO SUPERAR UNA RUPTURA


CÓMO SUPERAR UNA RUPTURA AMOROSA

Esta sección está centrada en cómo superar una ruptura amorosa. Tras una ruptura amorosa nos invaden sentimientos de desolación, preocupación y tristeza. Romper con un ser amado siempre es una experiencia especialmente dolorosa y difícil. Es por ello que muchas personas que pasan por esta situación se encuentran desorientadas y no dejan de preguntarse: ¿Cómo superar una ruptura amorosa? ¿Qué puedo hacer en esta situación? ¿Estoy haciendo lo correcto?



 LA HISTORIA DE RUPTURA DE SOFÍA...


 "Recuerdo ese día perfectamente. Sabía que algo iba mal en las últimas semanas, pero me resistía a aceptarlo. Intentaba seguir con mis cosas como si nada, especialmente delante de mis amigos y mi familia. Pero una noche él me llamó y, por el tono de la conversación, supe lo que me iba a decir.

Tras varios minutos, dijo: Esto se acabó. No creo que esto vaya a ninguna parte y no quiero seguir contigo más tiempo. A partir de ahí, sólo recuerdo ese sentimiento de angustia. Casi no podía respirar.

Durante varios días estuve desorientada, manteniendo una sonrisa forzada para aparentar que todo estaba bien. Al final, un día al llegar a casa ya no pude más y lloré. Me sentía muy triste. A veces deseaba verle; quería ir a su trabajo y preguntarle tantas cosas...No sabía cómo superar la ruptura.

Una tarde me encontré con unos amigos. A pesar de mis negativas, me convencieron para tomar un café. Estar con gente que parecía feliz me ponía todavía más triste. De repente sucedió algo que me hizo reír. Era mi primera sonrisa sincera desde la ruptura. Aquello me hizo pensar sobre el sentido de mi tristeza y sobre las cosas que realmente deseaba para mi futuro. Fue entonces cuando empecé a ver la luz al final del túnel."

Puede que, como Sofía, en esta situación tú también necesites esa pequeña ayuda que te permita avanzar y saber cómo superar una ruptura amorosa.


UNA GUÍA SOBRE CÓMO SUPERAR UNA RUPTURA AMOROSA

Durante una ruptura amorosa, afloran diferentes sentimientos y emociones que requieren de una atención y un tiempo apropiados para entenderlos y asimilarlos.

Aunque dependiendo de tu estado emocional un apartado será más conveniente que otro, suele ser útil recorrer todos los pasos del proceso, pues te ayudará a prevenir recaídas y elecciones desacertadas de pareja en el futuro.

  1. ¿En qué etapa estoy?





EXPLORANDO TUS SENTIMIENTOS


1- ¿En qué etapa estoy tras la ruptura?

Este breve cuestionario tiene por objeto conocer en qué fase te encuentras dentro del proceso de ruptura amorosa.

Por favor, contesta a las siguientes preguntas marcando con un punto en el lugar de la escala que mejor se ajuste a tu situación. Recuerda que no existen respuestas correctas o incorrectas. Ánimo y adelante...

1) Ahora que se ha producido la ruptura...:
·         Todavía no puedo creer que hayamos roto.
·         Desearía no haber conocido a quien fue mi pareja.
·         Estoy en un momento en el que puedo valorar tanto las cosas buenas como malas de la relación.

2) Estás tomando un café y le ves con sus amigos/as sentado al otro lado...:
·         Rápidamente te levantas y sales de la cafetería, pues no quieres estar en el mismo lugar.
·         Te levantas, sonríes y te diriges al mostrador a pedir un café para que te vea.
·         Continúas con tus cosas sin darle mayor importancia al hecho de que esté allí.
3) Te deja un mensaje de voz para saber cómo estás...:
·         Escuchas el mensaje una y otra vez intentando averiguar si todavía siente algo por ti.
·         Empiezas a escuchar el mensaje pero no te apetece terminar de escucharlo.
·         Escuchas una vez el mensaje y lo borras sin darle más importancia de la que se merece.
 4) Pensando en tu situación personal, ¿cuál era tu vínculo emocional con tu ex pareja?:
·         Mi vínculo era tan fuerte que mi vida jamás será la misma, siendo incapaz de establecer nuevas relaciones a través del trabajo y de otras actividades sociales.
·         Un vínculo fuerte al principio, pero debilitado a lo largo del tiempo exclusivamente por sus conflictos y sus problemas.
·         Un vínculo fuerte y de compromiso, pero con fecha de caducidad.

5) Estás ordenando tus cosas y encuentras una foto de ambos...:
·         La rompes sin piedad.
·         Te paras un rato a recordar esos momentos.
·         La guardas junto con otras fotos de ambos.

6) Cuando piensas en tu ex pareja...:
·         Sólo deseo provocarle el mismo dolor que me está haciendo a mí.
·         Me resulta difícil y sólo puedo pensar en todo lo bueno que vivimos juntos.
·         Lo veo como una etapa más en mi vida personal.

7) Comprando en el supermercado, pasa una persona que encuentras atractiva...:
·         Intentas seducirla, pues es la forma más rápida de olvidar las rupturas de pareja.
·         Piensas en que te resulta atractiva porque se parece a tu ex en alguna característica.
·         Sigues comprando, pues ahora no es el momento de comenzar una nueva aventura amorosa.
·          
 VALORANDO LAS RESPUESTAS
Ahora es preciso repasar las respuestas que has dado y ver qué tipo de respuesta es la que más se repite (A, B, o C).
·         Si la mayoría de tus respuestas son del "TIpo A ", tu situación actual es de gran dependencia emocional y pérdida de control. La recomendación es empezar tu proceso de superación de la ruptura amorosa por la Etapa 1.
·         Si el "Tipo B" es la opción más repetida en tus respuestas, se puede pensar que todavía la ruptura emocional te afecta, aunque ya has comprendido que la relación se ha terminado y empiezas a moverte en la dirección correcta. La recomendación es comenzar tu proceso de superación por la Etapa 2. 
·         Si lo que predominan son respuestas del "Tipo C", se puede decir que tu proceso de superación de la ruptura amorosa está avanzado, aunque no ha finalizado. En este caso, la recomendación es saltar hasta la Etapa 4.















2- ¿Cuáles son las etapas de este viaje?

Expresa tus emociones. No te culpes por tus sentimientos y el modo que tienes de expresarlos.
Cuando rompemos con nuestra pareja, no todos reaccionamos del mismo modo. Aunque cada persona lo experimenta a su manera, suelen aparecer unas reacciones comunes que nos ayudan a soportar el sufrimiento. La tristeza, la culpabilidad o la ira son respuestas normales y naturales que se dan con frecuencia.
                Algunas personas se quedan ancladas en estas emociones mucho tiempo, lo que acaba afectando negativamente a su calidad de vida y a sus expectativas de futuro. Para evitar más sufrimiento del necesario y poder superar esta situación, es crucial aceptar la ruptura amorosa y volver a vivir de forma sana la vida. No debes olvidar que el duelo te afecta psicológica y físicamente, y se manifiesta por medio de conductas concretas (incapacidad para dormir, llorar, falta de apetito, desinterés generalizado).
                Para ello, te proponemos un viaje especial. Un viaje que todos tenemos que pasar en circunstancias similares, y que en la mayoría de los casos te convertirá en una persona más madura y emocionalmente más fuerte. Pero este viaje sólo terminará cuando puedas: 1) aceptar la realidad de la ruptura amorosa, 2) comprender e integrar tu sentimientos y 3) adaptarte al hecho de que te espera un futuro sin la compañía de esa persona. Éstas serán las etapas de tu viaje personal.

Aceptando la realidad de la ruptura amorosa:
Llora y libera tus emociones!!!!!
                Todo viaje comienza en algún punto. Nuestro punto de partida será mejorar tu estado de ánimo. Recuerda que el primer paso siempre suele ser el más difícil.
                Para ello, vamos a descargar las emociones contenidas. Es el momento de manifestar tus sentimientos. Llora y llora sin miedo y sin límites. En cualquier caso, no te culpes por tus sentimientos y el modo que tienes de expresarlos. El dolor que estás experimentando es comprensible y es completamente esperable. También es posible que sigas sintiendo pena y soledad durante un tiempo. 
                Una vía adecuada de canalizar tus pensamientos y emociones es escribiendo. Redacta lo que piensas y sientes. No te preocupes por lo que escribas. Será sólo para ti, pues en ningún momento quedará registrado, perdiéndose todo al cerrar la página.
Existen muchas cosas difíciles de entender durante y después de una ruptura, especialmente cuando todavía se está enamorado. La incomprensión a veces genera rabia, enfado, culpabilidad y resentimiento. Estas emociones y el deseo de volver a recuperar la relación impiden que se acepte la ruptura.
Algunas pautas para disminuir el dolor

Después de la ruptura, a veces nos encontramos abrumados con emociones, y nos resulta complicado dejar de pensar en lo que sucedió. Una manera de sentirse menos abrumado es dirigiendo tus pensamientos nuevamente hacia el mundo exterior. Lo que debes hacer para conseguir esto es lo siguiente:
·         Siéntate en una posición cómoda.
·         Respira hacia adentro y hacia afuera profunda y lentamente.
·         Mira a tu alrededor y menciona cinco objetos que no te causan malestar.
·         Respira durante unos instantes hacia adentro y hacia afuera pausada y profundamente.
·         Ahora, menciona cinco sonidos que puedes escuchar que no le causan malestar.
·         Respira hacia adentro y hacia afuera lenta y profundamente.
·         Ahora, menciona cinco cosas que puedes sentir y que no te causan angustia.
·         Respira otra vez más hacia adentro y hacia afuera pausada y profundamente.

Adaptando nuestro mundo

Algunos pequeños cambios en las cosas que te rodean puede ayudarte enormemente. Los cambios que conllevan cierto alivio son: 1) Quitar de la vista objetos que te recuerden a esa persona, 2) hacer un diario de tus sentimientos, 3) confeccionar una lista de las cosas que te gustan, 2) no aceptar sus llamadas ni intentes ponerte en contacto con esa persona, 4) si lo necesitas, escribir una carta con tus sentimientos y guárdala (también puedes romperla). 


Por el contrario, se desaconseja utilizar la violencia como forma de desahogo y afrontamiento de una ruptura amorosa (ya sea hacia los demás o hacia uno/a mismo/a), así como el uso de la venganza, salir de compras y generar grandes gastos económicos o los patrones de ingesta descontrolada.
                Tómate un par de días para estar en casa y expresar tus emociones. Si entendemos que esta forma de actuar permite limpiar nuestro mundo emocional, sólo estando emocionalmente limpio/a podrás pasar a la siguiente etapa de este viaje.












3. Salir con los Amigos o las Amigas tras la Ruptura
RETOMANDO EL CONTACTO CON LOS AMIGOS/AS
 Salir con los amigos o las amigas favorece la recuperación tras una ruptura.
Es frecuente evitar salir con los amigos o amigas durante las relaciones de pareja. En la mayoría de los casos es cierto que no se pierde completamente el contacto, aunque éste disminuye.
                 Recuerda, por ejemplo, todas esas ocasiones en las que tus amigos o amigas te propusieron salir y pasar un rato divertido y te negaste por estar con tu pareja o porque pensaste que tu pareja no estaría conforme.
Es por ello que, cuando una relación termina, un cierto sentido de culpabilidad aparece en nuestra conciencia y empezamos a pensar: "No puedo creer que haya dejado a un lado a mis amigos por mi ex-pareja".

PASARLO BIEN CON LOS AMIGOS/AS
                Ahora que ya se ha ido tu ex, y que has aprendido lo importante que es estar a gusto contigo mismo/a sin la necesidad de depender de otras personas, es hora de recordar hasta qué punto era divertido salir con los amigos/as.
                Si disfrutas de amistades verdaderas, entenderán perfectamente lo que estás pasando y te aceptarán de nuevo con los brazos abiertos. Asimismo, disfrutar de este tipo de amistad favorece la posibilidad de mostrarnos como somos en realidad, sin tener que impresionar a nadie. Tampoco estaremos sometidos a críticas o juicios de valor por lo que hacemos.
                De hecho, una de las funciones más importante de las redes sociales conformadas por nuestras amistades más íntimas es la proporcionar apoyo social,  favoreciendo las acciones que permiten hacer frente a problemas cotidianos o situaciones de crisis y proporcionando un sentido de pertenencia que reduce el impacto emocional de acontecimientos negativos.
 EFECTOS POSITIVOS DE LA AMISTAD
                Entre las consecuencias positivas de la amistad destaca la función de apoyo emocional. Este tipo de apoyo se traduce en respuestas que destacan y valoran nuestra forma de ser, lo que termina repercutiendo en un aumento de nuestra autoestima. Este tipo de apoyo se muestra mediante comportamientos tales como expresiones de escucha, de respeto y de respaldo a nuestras acciones.
Otra consecuencia de especial valor es el soporte informativo que proporcionan los amigos/as, con sus comentarios y sugerencias, asesorándonos desde sus experiencias y ofreciéndonos distintas alternativas.

ACTIVIDADES A REALIZAR CON LOS AMIGOS/AS
                En esta etapa, todavía hay restricciones, pues aunque la superación de la ruptura está avanzada el proceso no ha terminado completamente.
                En este sentido, la idea es realizar con tus amigos/as todas las actividades que necesites para sentirte bien tales como bailar, hacer deporte, salir a un pub o discoteca, ir al cine, cenar fuera, ir de compras... pero con la condición de volver a casa sin compañía. Recuerda que todavía son imprescindibles los momentos de soledad y reflexión personal.
                Para la reflexión personal, puedes escribir aquellas cosas que has recordado tras reencontrarte nuevamente con tus amistades, el momento en el que mejor te lo has pasado o frases positivas sobre ti que tus amigos han dicho.
                Es conveniente durante esta etapa no beber alcohol, pues aunque inicialmente te produzca sensaciones agradables también puede inducir la aparición de recuerdos donde aparezca tu ex-pareja y potenciar la intensidad de las emociones negativas.

 ¿CUÁNTO DEBE PROLONGARSE ESTA ETAPA?
                Para dar por superada esta fase es recomendable realizar repetidas salidas con tus amigos/as hasta que notes que tu estado de ánimo ha mejorado y que el malestar que te producía dejar tu casa se ha reducido considerablemente.
                Una vez llegado a este punto, es hora de establecer tus nuevos objetivos personales. Adelante y ánimo.


Establecer Objetivos Personales
RECUPERARSE DE UNA RUPTURA POTENCIANDO EL DESARROLLO PERSONAL.
Establecer objetivos personales como meta para superar una ruptura.
Tras una ruptura, mantenerse ocupado/a no sólo es una manera apropiada de tener la mente lejos de ideas y recuerdos negativos, sino que también puede ser una vía para tu desarrollo personal y profesional.
                Para ello, será necesario organizar tu tiempo y actividades diarias en función de metas renovadas. Ayudarte a establecer objetivos personales óptimos será la finalidad de esta sección.
                Las personas que se sienten tristes o abatidas recobran el optimismo si son capaces de sacar adelante sus tareas, mejorando su autoestima y satisfacción personal. Ha llegado el momento de encontrar proyectos que te ayuden a ser una persona más feliz y saludable.
 ESTABLECER OBJETIVOS PERSONALES
                Las personas que establecen claramente objetivos personales y ponen en marcha las acciones para alcanzarlos experimentan un incremento en emociones y sensaciones positivas, lo que repercute favorablemente sobre el concepto que tienen de sí mismas y sobre su valía, en especial cuando estos proyectos les ofrecen oportunidades para potenciar su propio desarrollo y crecimiento personal.
                Si entendemos la recuperación de una ruptura como un proceso de superación de la angustia y la tristeza, la aparición de esperanza y confianza en sí mismo/a y la recuperación de relaciones significativas con otras personas, queda claro la importancia de establecer objetivos personales que potencien las relaciones sociales (tales como la amistad, la familia o los compañeros de trabajo), el funcionamiento físico y mental y el papel activo de la persona.

PAUTAS PARA ESTABLECER OBJETIVOS PERSONALES
Como primer paso, intenta realizar actividades o proyectos que te aporten beneficios personales y profesionales. Reflexiona y recuerda cuáles son tus intereses y desarrolla un plan de acción para conseguir tus objetivos.
                Asimismo, decide qué objetivos son los más fáciles y los más difíciles de alcanzar. Incluye también que resultados adicionales obtendrás cuando hayas completado cada uno de los objetivos marcados.

RECOMENDACIONES PARA LOS OBJETIVOS PERSONALES
La mayoría de las personas ponen en marcha decisiones sin detenerse un momento a pensar sobre ellas no son conscientes que esta falta de planificación les lleva en multitud de ocasiones a fracasar en sus metas.
                Vivir sin unas metas claras, sin un deseo concreto, sin unos objetivos específicos, es como estar a la deriva.  Y esto es válido tanto en tu vida profesional como en tu vida amorosa.
                Una forma sencilla y práctica para definir tus objetivos (inmediatos, a medio plazo y largo plazo) empieza por establecer unos objetivos realizables.  Deben ser objetivos alcanzables o que puedan lograrse aunque sea necesario dividirlos en pasos más pequeños.
                Por otro lado, deben estar especificados de forma que podamos hacer un seguimiento y valorar nuestro progreso. Para ello, es apropiado utilizar medidas concretas (por ejemplo, si nuestra meta es bajar de peso, podríamos bien mirarnos en el espejo y decidir si estamos mejor o peor o, por el contrario, utilizar una balanza y comparar nuestro peso). Finalmente, los objetivos también deben estar fijados en un intervalo de tiempo (los objetivos debe tener una fecha de inicio y fin para su consecución).

 EL TRABAJO COMO MEDIO DE RECUPERACIÓN
                La consecución de objetivos profesionales tiene un gran impacto en el desarrollo de una visión positiva para personas que han sufrido una ruptura amorosa. De hecho, el desarrollo de actividades laborales refuerza la creencia en un futuro mejor, potencia la sensación de autosuficiencia, promueve las interacciones sociales y aumenta la motivación para iniciar nuevas experiencias de aprendizaje.

EL EJERCICIO FÍSICO COMO MEDIO DE RECUPERACIÓN
                Además de la contribución del ejercicio físico a nuestro bienestar general (por la disminución de enfermedades, control del peso corporal y prevención de patología, entre otros), la realización de actividades deportivas se han vinculado con la reducción de niveles de estrés y ansiedad, así como una mejoría de los estados depresivos. Todos estos efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre la salud psicológica, en general, y sobre estados emocionales disfuncionales, en particular, son de especial interés en la recuperación tras una ruptura amorosa.
                De otra parte, las prescripción de la práctica del deporte en términos de salud mental se ha visto consolidada por resultados de estudios que muestran cómo el ejercicio físico promueve una visión más positiva de nosotros mismos y mejora la capacidad para afrontar la tensión y los estados emocionales derivados de problemas psicosociales (Morgan, 1981).

Aunque depende de los objetivos personales, del estado físico y del tipo de actividad elegida, las recomendaciones sobre el ejercicio físico para obtener beneficios en salud apuntan a realizar una pequeña cantidad de ejercicio de forma regular (dos o tres veces por semana y una duración de entre 30-40 minutos). Ahora bien, para que el ejercicio físico produzca beneficios psicológicos, la actividad además debe cumplir los siguientes criterios: 1) que sea agradable de practicar, 2) no competitiva, 3) previsible, con ejercicios similares en cada sesión, y 4) rítmica.

¿CUÁNDO QUEDA SUPERADA ESTA FASE?
                La etapa de "establecer objetivos personales" está dirigida fundamentalmente a recuperar el sentido y el rumbo de nuestra vida después de una ruptura, pero con el propósito de adoptar hábitos saludables que repercutan de manera beneficiosa tanto personal como profesionalmente. Asimismo, la intención de esta sección va más allá de la ruptura amorosa, pretendiendo asumir unos objetivos y metas que permitan tu desarrollo como persona de forma integral y autónoma a corto, medio y largo plazo.
                Como hemos comentado, alcanzar el sentimiento de que somos capaces de conseguir nuestros objetivos personales influye en una mejor visión de nosotros/as mismos/as, así como en el bienestar físico y psicológico. Es importante recordar que no sólo se puede mejorar la salud y la calidad de vida a partir del tratamiento de lo patológico, sino que una importante vía de mejora proviene del fortalecimiento y aumento de lo saludable y positivo.
                 Ánimo y adelante.

viernes, 14 de diciembre de 2012

NUEVO LIBRO.


Gael se levantó con una resaca horrorosa. Abrió los ojos y se asustó. Aquella pared de color berenjena no era la de su habitación. Tardó unos largos segundos en recordar que se había ido a tomar “la última” a casa de Raquel. Se dio cuenta de que ella no estaba en la cama. Pero estaba muy confuso y no recordaba  gran cosa, así que no tenía nada claro si se habían llegado a acostar, o no.
Raquel no tardó en aparecer. Traía una bandeja con el desayuno, y al observar que lo único que llevaba puesto eran unas braguitas blancas de algodón, tuvo clara la respuesta: sí, se habían acostado. 





            Raquel era una de las modelos más conocidas de Argentina y Gael llevaba detrás de sus huesos una temporada. No supo identificar el por qué la imagen de aquella súper modelo en ropa interior, no le provocaba tanta felicidad como se había podido imaginar.
-          Hola dormilón- le dijo ella dejando la bandeja en la mesilla de noche- ¿Tienes hambre?
La modelo olía muy bien, se acababa de duchar. Gael no pudo evitar sentir una oleada de placer entre tanto dolor de cabeza. Últimamente se estaba corriendo muchas juergas, y su cuerpo ya no estaba para tantos trotes. Estaba empezando a cansarse de tantas noches de alcohol y desenfreno.
-          Me voy a terminar de arreglar que a las doce empieza el desfile. ¿Nos vemos allí? Yo tengo que estar un rato antes para la prueba, el maquillaje y todos esos rollos, pero te dejo el pase, ¿ok?, ¿tú te acercas después? - Y plantándole un  sonoro beso en los labios se dirigió hacia el baño para terminar de prepararse.
Gael tenía que reconocer que tenía un cuerpo de escándalo. Pero entonces, ¿por qué no se sentía en la gloria? Se incorporó y se comió el desayuno. Sin darse cuenta se volvió a quedar dormido. Cuando se despertó, Raquel ya se había ido. Le había dejado una nota y el pase de la puerta para que pudiera acceder al evento sin problemas.
No tenía ni idea de cuándo, ni por qué, habían quedado para ir a ese dichoso pase de moda. No sabía a qué desfile se refería Raquel, ni por qué él tenía que acudir a verlo. Maldito alcohol. No le apetecía nada ir. Solo quería irse a su casa, comerse un buen asado de su madre, y dormir todo el día hasta que aquella horrorosa resaca se le pasara del todo. Antes toleraba muy bien las resacas, pero cada vez las llevaba peor. Le entraban unas depresiones post-party brutales.
            Se levantó aturdido de la cama. Buscó su ropa por la habitación, y del bolsillo de su pantalón vaquero, sacó su teléfono móvil. Ninguna llamada. Miró la hora: ya eran las once. Se estiró, y entre bostezos, se dirigió desgreñado, legañoso y en calzoncillos hasta el baño, dispuesto a lavarse la cara y despojarse un poco de aquella maldita y confusa resaca.
- “Qué departamento tan acogedor” -pensó sorprendido Gael mientras lo contemplaba.
El piso no era muy grande, pero sin duda, era muy original y bastante moderno. El salón estaba decorado con un mullido sillón de tres plazas forrado con telas de diferentes colores y abarrotado de un montón de coloridos cojines. Las paredes estaban adornadas con divertidas y llamativas láminas que se desperdigaban a lo largo y ancho de toda la pared.  Gael se acercó para contemplarlas de cerca y vio que se trataban de bocetos originales de diseños de ropa de mujer. Supuso que serían regalos de los diseñadores para lo que Raquel solía desfilar.  
La cocina estaba en la misma estancia que el salón; era pequeñita, de madera y muy estilosa. Parecía todo sacado de un catalogo de IKEA. A Gael le llamó la atención lo limpio y ordenado que estaba todo.
 La acogedora estancia conectaba con un estrecho y largo pasillo de color lila que tenía dos puertas. Cada puerta pintada de un color distinto. La primera pintada de un verde turquesa, y la segunda de un amarillo pastel.  Era una combinación preciosa.         Por un momento se sintió como si fuera uno de los personajes de una fabula infantil. Sin duda alguna era una casa con magia.
Abrió despreocupado la primera puerta que encontró, esperando hallar el baño. Tenía unas ganas locas de darse una buena ducha a ver si así se le pasaba un poco el dolor de cabeza.  
Pero tras la primera puerta solo encontró oscuridad. Cuando se disponía a buscar el interruptor, y sin saber bien de donde procedía, un potente e histriónico grito de 79 DCB le sacó de su letargo.
            -Por Dios, ¿qué demonios es este ruido tan desagradable?
Le iba a explotar la cabeza de un momento a otro. Se notaba las venas hinchadas y notaba como le palpitaban las sienes mientras seguía intentando buscar el interruptor que le aclarara (literalmente) un poco lo que  allí estaba ocurriendo.
-          Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
 Aquel desagradable sonido no paraba nunca. Al contrario, cada vez era más alto e insoportable.
            - Pero???……- No entendía nada, y para colmo, no lograba encontrar el maldito interruptor. De repente, sintió un gran golpe en la cabeza.  Todo se volvió más oscuro aún de lo que ya estaba.
Tuvieron que pasar unos largos segundos hasta que Gael pudo empezar a abrir un poco los ojos. Veía todo borroso. Lentamente fue recuperando la visión. Alguien había encendido por fin la luz. Sus ojos fueron adaptándose y pudo apreciar una mancha que, poco a poco, fue cogiendo forma: una chica menudita, con cara de haber visto un fantasma, estaba en ropa interior y agarraba un paraguas con las manos como si de una metralleta se tratase.
            -¿Quién eres tú? – oyó como le preguntaba aquella chica con un acento muy extraño.
Gael no sabía si aquello era real o si estaba en mitad de un mal sueño.
            - Solamente estaba buscando el baño- dijo mientras intentaba incorporarse. –Pero… ¿quién eres tú?
            - Soy Valeria y vivo aquí.
Vaya. Eso sí que no se lo esperaba.
            - Yo soy Gael, amigo de Raquel, pero ella se ha tenido que ir hace un rato. Pensé que vivía sola.
            - Pues ya ves que no…
            - Me has dado un buen paraguazo- dijo frotándose la cabeza.
            - Bueno…lo siento…es que me has dado un susto de muerte…. ¿estás bien?
            - Sí, creo que sí...
Gael no pudo evitar observar a aquella peculiar chica. Llevaba una ropa interior muy bonita. Su sujetador era rojo y hacia juego con unas braguitas blancas adornadas con unos dibujitos de cerezas. Le pareció una combinación de la más sexy a pesar de lo infantil que resultaba aquel conjunto. 
Sus ojos se posaron sin querer en sus muñecas. Tenía unas cicatrices muy grandes en ambos brazos. Cuando se estaba empezando a preguntar que le habría podido ocurrir, se dio cuenta de que Valeria lo miraba extrañada. Gael se dio cuento de lo surrealista de aquella situación, se ruborizó y, disculpándose, salió de aquella habitación más desorientado aún de lo que ya se había levantado.
-          “Madre mía, qué genio”- pensó mientras seguía frotándose la dolorida cabeza.
Valeria no tardó en salir de la habitación, ya vestida.
-          ¿De verdad que estás bien? – quiso saber preocupada. - Raquel debería haberme avisado.
-          Sí, a mi también.
-          Bueno, lo siento mucho.
-          Sí, lo mismo digo. No pretendía entrar en tu habitación de esa manera.
Se miraron, y sin saber bien como actuar, ella dijo:
-          El baño es la primera puerta, pero a la izquierda. Yo me tengo que ir que llego tarde a un desfile.
-          ¡Yo también voy!…Creo…. ¿El desfile de Raquel? ¿Está muy lejos?
-          No, es aquí al lado. Son dos paradas. Si quieres te espero y vamos juntos, pero no tardes porque yo ya llego muy tarde.
-          Sí, dame dos minutos que me asee un poco y salimos pitando.
Durante el corto trayecto que hicieron hasta llegar al desfile apenas abrieron la boca. Gael observaba a Valeria con toda la discreción de la que era capaz, y  se dio cuenta de lo distinta que era aquella chica. Aquel acento tan extraño le hacía mucha gracia y se preguntaba qué de dónde podría ser. Tenía unos rasgos muy peculiares, con muchas pecas y unos ojos almendrados color miel preciosos. Lo que más le gustaba era su expresión. Cuando aquella chica te miraba, te trasmitía una gran calma, pero a la vez había algo inquietante en su mirada.  Parecía muy infantil y algo tristona. Su peinado era graciosísimo y le aportaba mucha personalidad. Gael no había visto un peinado así en su vida. Llevaba el pelo cortito con un flequillo ladeado. Era una chica muy estilosa pero muy discreta a la vez. A la luz del sol vio como su pelo cogía una tonalidad naranja, y su ropa era también muy original. Llevaba manga larga. Gael pensó, que seguramente, querría taparse aquellas feas cicatrices, y de que además,  debería de estar pasando mucho calor en aquel bus.
-          Ya hemos llegado- dijo Valeria sacándole de sus pensamientos. Y dando un ágil y rápido salto se bajó - Yo te dejo aquí, tengo que ir a trabajar- Y corriendo, desapareció sin más.
-          ¿A trabajar? ¿También era modelo? Era bonita,  pero… ¿modelo? Habría jurado que no superaba el metro sesenta, y bueno….en  fin.
Se dirigió a la puerta un poco aturdido aún y entró en la sala. Había muchísima gente y muchos medios de comunicación congregados. Vio como había un photo call, en el que casualmente le estaban haciendo una entrevista a Raquel. Ya la habían peinado y maquillado, estaba realmente despampanante. Ella lo vio, y disimuladamente,  le hizo un gesto con la mano y le guiñó un ojo.
Aun faltaba un rato para que comenzara el desfile, así que Gael decidió dar una vuelta por la zona. No tardó en enterarse de que aquel desfile formaba parte de un prestigioso certamen para jóvenes diseñadores. Había muy buen ambiente y se alegró de haber acudido. Buscó su asiento. Raquel se había encargado de que fuera en la zona VIP. Se sentó tranquilamente a esperar que comenzara el desfile. Se encendieron los focos, sonó la música y empezó el espectáculo.
Aquella ropa era realmente llamativa y muy bonita. Apenas se había fijado en las modelos. Solo tenía ojos para aquellas prendas tan originales. Ya casi estaba acabando el desfile y aquella curiosa chica no había aparecido aún. Salió la última modelo; no era Valeria. Se desilusionó. Tenía mucha curiosidad por ver a aquella pecosa y menudita compañera de piso de Raquel desfilando. No se la podía imaginar contorneando las caderas de aquella manera. Y cuando ya había tirado la toalla, y como de la nada, apareció entre las cortinas ¡Era la diseñadora! No se lo podía creer. Se había cambiado de ropa y lucía uno de sus propios diseños. Le quedaba realmente bien. Mucho mejor que a ninguna de las modelos que había desfilado haces solo unos minutos aquellas mismas prendas. La gente estaba como loca aplaudiendo, y Valeria se limitaba a sonreír tímidamente.
 Gael la miraba totalmente embelesado, y Raquel lo miraba a él, ignorando que aquella cara de orgullo y satisfacción nada tenía que ver con ella, sino con su dulce y discreta compañera de  piso, Valeria.

lunes, 29 de octubre de 2012

¿ Te suena de algo esta historia????

‎1. Al poquísimo tiempo de conoceros, él ya te dijo que te quería.
(Cuento esta historia con un “él”… pero pudo haber sido una “ella”. Si fue una ella, lee la historia pensando en ella) 

Todo fue muy rápido. 

2. Eras el amor de su vida, según él, y nunca se había sentido así.

3. Era tu media naranja perfecta. Si a ti te gustaba cualquier músico ( Amaral, Rosendo, Athom Rumba, lo mismo da), él compraba entradas para el concierto; leyeras lo que leyeras ( fuera Faulkner o Isabel Allende), él lo leía también; si te gustaba la arquitectura singular, la física cuántica, la cría de perros, las carreras de coches… a él también.

Porque por raros que fueran tus hobbies o tus aficiones, él los compartía.

4. Era tu acompañante más leal ¿ Tenías que ir al Rastro ( o a Los Encantes) en busca de revistas antiguas? Iba contigo. ¿No sabías cómo se cambiaba la domiciliación de los pagos de la luz? El lo hacía por ti. ¿Tenías que recoger tu vestido en una modista en el extrarradio? El lo recogía. Te llevaba al trabajo en coche, y te recogía, te traía y te llevaba, te hacía los recados… 

El caballero de brillante armadura, tu más leal servidor, tu mejor amigo.

5. Te llamaba o te enviaba sms al menos cuatro veces al día. Por la mañana, al mediodía, por la tarde y por la noche. Al menos. El contacto diario era tan frecuente que si un día dejaba de llamarte, te sentías mal.

6. El sexo era increíble. Fuegos artificiales. Era el amante perfecto, y estaba siempre a tu disposición.

7. Todo su tiempo libre parecía dedicado a ti… Parecía. El estaba a todas horas contigo pero aún así, sentías que algo se escapaba. Había una parte de su vida a la que no podías acceder de ninguna manera. Unos amigos con los que te enfrentaba para que no pudieras hablar con ellos. Un viejo amigo del alma o una ex con la que mantenía una relación muy estrecha pero del que tú quedabas aislada. Sí… todos tenemos parcelas privadas. Pero esta, privadísima, llamaba más la atención al tratarse de alguien que, por el contrario, quería tener acceso a toda tu vida.

8. Su padre era autoritario, hipercrítico, hiperexigente. En algunos casos, maltratador. En otros, ausente o patológicamente infiel. En cualquier caso, nunca había tenido una relación sana con él. 

9. Con su madre mantenía una relación ambivalente. La madre era pesada y victimista. Ël la quería mucho pero no la aguantaba.

10. Dormía poco. Tenía problemas de sueño. 

11. Era hiperactivo. Nunca le viste tumbado en un sillón y mirando al techo. Tenía que estar haciendo algo: Enganchado a su ordenador, a su tele o a su consola, saliendo con amigos, bebiendo, en la calle, en el cine, en el tatro, en el bar, en la oficina, revisando correo, entrenando triatlón, jugando con su perro, lo que fuera…

Pero jamás a solas consigo mismo. 

12. No hacía nada que requiriese concentración o silencio. No pintaba, no hacía bricolaje, ni jardinería, ni escribía, ni hacía crucigramas, ni metía barcos en botellas, ni meditaba, ni hacía yoga. Repito: Ninguna actividad que requiriera concentración o silencio. Que requiriera, sobre todo, estar a solas consigo mismo y trabajando con su propio interior. Incluso, si era estudiante, prefería estudiar con amigos, o contigo.

13. Se le olvidaban las cosas. Se le olvidaban a menudo cosas que había dicho o hecho. No, no era despistado. No olvidaba las llaves, o la cartera. Ni los nombres de la gente, ni la dirección de un restaurante. Olvidaba conversaciones y hechos muy concretos. Tú recordabas una conversación y él recordaba una completamente diferente. Con el tiempo, empezaste a dudar de tu propio criterio.

14. Si se enfadaba, se encastillaba en un mutismo hostil. Podía dejar de hablarte durante horas, a veces días.

15. En público era el hombre más correcto, educado y amable del mundo. Sus amigos le adoraban. 

Todo iba bien y tú eras muy feliz hasta que…

Os fuisteis a vivir juntos. U os casasteis. O tuvisteis un hijo…

O cualquier otra circunstancia que implicara un cambio en vuestra relación y mayor responsabilidad por su parte. 

Y entonces todo cambió.

De repente se volvió frío, tiránico, hipercrítico. Tenía ataques de rabia desproporcionados, fuera fría o caliente. Si era de los rabiosos calientes, gritaba como un poseso. Si era de los fríos, dejaba de hablarte y de registrar siquiera tu existencia. Nunca sabías cuándo iba a enfadarse, cualquier comentario o acto podía dispararle.

Pero no era siempre así.

16. Alternaba momentos de encanto radiante en los que era el hombre más amable, ingenioso, dulce y encantador del mundo con los momentos en que se convertía en un hombre insoportable, al que tenías miedo. Tú seguías con él porque pensabas que era una fase, que tenía mucho trabajo, que estaba deprimido…

17. A veces pensabas que era por tu culpa. Que él había cambiado porque no estabas a la altura.

Esperabas que regresara el hombre encantador que conociste.

18. Y entonces tú empezaste a enfermar. Te costaba conciliar el sueño; sufrías muchísima ansiedad; estabas irritable y saltabas por cualquier cosa; estabas siempre cansada, y llorabas a la mínima (en las películas, viendo el telediario, hablando con una amiga…); no te apetecía salir ni ver a nadie; empezaste a beber más de lo normal, o a consumir drogas; dejaste de comer o empezaste a comer en exceso; tenías pesadillas, y sufrías respuestas exageradas de sobresalto ante estímulos que no eran en realidad tan intimidatorios como tú pensabas ( te pegabas el susto del siglo, por ejemplo, si te cruzabas con un desconocido en un portal oscuro), empezaste a desarrollar fobias raras (te daba miedo el metro, o las alturas,o los espacios cerrados, o las arañas, o los pájaros, o la oscuridad, o quedarte sola en casa…), y al final, somatizabas: tenías alergias, o ataques de asma, o sospechosas gripes que te duraban una semana.

19. Si fuiste al psicólogo puede que te diagnosticaran con alguna de las siguientes etiquetas: Trastorno de personalidad por dependencia. Fobia social. Trastorno adaptativo mixto. Síndrome de estrés postraumático. Depresión, ansiedad. Si tuviste mala suerte, te medicaron. Con lo cual agudizaron tu problema porque te volviste doblemente dependiente: ahora también dependías del Lexatin, o del Seroxat, o de la Sertralina, o de lo que fuera.

Pero quizá tuviste suerte y le dejaste, o te dejó, antes de que empezaras a dudar de tu propia cordura y, por lo tanto, no hizo falta psicólogo.

Quizá ya saliste. Quizá nunca saliste.

Si has vivido esta historia, fuera con un El o con una Ella, o alguna que se parece en muchos puntos, por favor, cuéntamelo. He listado 19 puntos, dime en cuántos coincide tu historia. Gracias.
BY. L. ETXEBERRIA